La dermatología trata los problemas de la piel y sus anejos. Es decir, el pelo, las uñas, las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas, las glándulas apocrinas.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Es el responsable del consumo de más del 40% de la proteína ingerida,  de las vitaminas, de los oligoelementos… íntimamente relacionado con el sistema endocrino y nervioso. Todo esto hace que sea un indicador precoz de cualquier enfermedad endocrino/metabólica, neoplásica o psicogénica.

Las alteraciones de la piel pueden ser muy complejas y pueden tener múltiples causas. Contrariamente a lo que se podría pensar, una herida, un rascado intenso, una alopecia (ausencia de pelo) etc., puede tener su origen en una alergia, un parásito, un hongo, una alteración endocrina… de ahí la importancia de un buen diagnóstico y de un estudio exhaustivo y global del problema cutáneo junto a la evaluación conjunta de un exámen general del animal.